A veces, alrededor de la formación se van generando casi a diario nuevas tendencias y conceptos. El microlearning es uno de ellos y puede proporcionar una amplia gama de beneficios a quienes realizan el curso, pero también al resto de personas de la empresa y del equipo.
Para ello, el potencial del microlearning es clave.
Para ello, es importante tener en cuenta una serie de buenas prácticas a la hora de generar un microlearning efectivo:
- Objetivos de aprendizaje: Antes de diseñar el curso o pensar en el formato más adecuado, debemos definir qué quieres que aprenda el alumnado, puede ser una habilidad específica o una nueva normativa, por ejemplo.
- Contenido estructurado: Al tener el objetivo definido, el siguiente paso es concretar el contenido. Lo más útil para estructurarlo es crear un índice.
- Un objetivo por capítulo/lección: El índice debemos confirmar que está subdividido a su vez en capítulos o lecciones. Hablamos de “microaprendizaje”. Por tanto, cada uno abordará un solo objetivo. Evitemos incluir varios objetivos en cada capítulo, porque esto iría en contra de la retención rápida y efectiva del microlearning.
- Lecciones cortas: Un solo tema y además breve. El formato ideal para esto son los vídeos (de unos 90 segundos) y a ser posible de alta calidad, tanto en sonido como en imagen, para garantizar la atención del alumnado. Si son demasiado breves para condensar la lección, es probable que sea importante reestructurarla.
- Sin orden: Las lecciones deben poder verse en cualquier orden, siempre y cuando esto no genere confusión al alumnado y el curso no pierda ese sentido global.
- Lecciones prácticas: Cualquier formación microlearning debe ser práctica. No se trata sólo de exponer conceptos o ideas teóricas, sino que hay que incluir cómo se aplican estos en un entorno o circunstancia laboral.
- Medición de resultados: La mejor forma de saber si es efectiva nuestra formación es realizar una prueba de evaluación, tipo test o encuesta. Además es recomendable utilizar reportes y analíticas que permitan hacer seguimiento de la actividad (tiempos de conexión, lecciones vistas, etc), porque nos ayudará a entender aquellos puntos débiles del curso y mejorarlos en próximas ediciones.
- Certificados: Para muchas de las personas que realizan la formación siempre es positivo recibir una certificación tras realizar el curso con éxito, que luego pueden incluir en sus currículum o perfiles de LinkedIn.
Recuerda: lo que no se mide, no se puede cambiar.
Muchas empresas están realizando el microlearning a partir de contenidos más extensos. Es una forma creativa de darle una nueva vida a contenidos formativos más antiguos. Si es tu caso, cuéntanos cómo estás llevándolo a cabo. ¿Utilizas el contenido tal cual está o lo has rediseñado o reestructurado?
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