Una de las cosas más complejas para nosotros cuando estamos llevando a cabo cualquier proyecto es mantener la motivación. La motivación es tan voluble…
Para la mayoría de la gente, ese primer impulso, el que tenemos cuando empezamos a hacer cualquier actividad,a veces puede surgir de la nada, pero otras puede desaparecer por completo en las siguientes 24 horas.
Esta problemática se agrava cuando estamos realizando proyectos a largo plazo. De hecho, ni tan siquiera importa en qué consiste el proyecto.
La motivación puede ser difícil de mantener.
La buena noticia es que vengo a contarte varios consejos que te pueden ayudar, eso sí ten en cuenta de que no se trata de atajos, si no de diferentes ideas que debemos trabajar diariamente poco a poco para ver resultados.
Si la motivación fuera fácil de cultivar, ¡nadie tendría problemas para hacerlo! Espero que estos consejos puedan ser de ayuda.
Evita las prisas o los compromisos excesivos
Lo primero que hay que saber sobre los proyectos a largo plazo es que requieren un compromiso a largo plazo. ¿Parece muy obvio, verdad? Sin embargo, puede llevar a dos errores que pueden hacer que el proyecto acabe antes de nos demos cuenta de lo que ha fallado.
Impaciencia. Es muy fácil ver un proyecto que realmente necesita unos meses o años y creer que se puede hacer en la mitad de tiempo si se hacen algunos sacrificios. ¿Por qué pasar semanas haciendo las cosas “de la manera correcta” cuando se pueden seguir algunos atajos?
En realidad en este caso, el problema es que se postergan los problemas hacia el futuro. En algún momento, el proyecto puede acabar en un callejón sin salida y tendremos que optar por dos opciones: volver a empezar de nuevo haciéndolo mejor o abandonar. Y en ese momento, estarás la frustración por volver a empezar no parece que sea un camino válido, así que es más fácil el abandono.
Así que si se empieza a sentir la impaciencia y a querer precipitarnos, debemos respirar hondo y relajarnos. Si es necesario, tómate un tiempo para averiguar por qué necesitas hacer las cosas inmediatamente.
Compromiso excesivo. Este problema puede manifestarse de varias maneras, pero la forma más común de compromiso excesivo es centrarse tanto en un proyecto en detrimento de cualquier otro aspecto de su vida: mental, físico, espiritual, marital, social, etc.
Cuando te comprometes con un proyecto a largo plazo, es importante que aprendas a mantener un equilibrio adecuado entre el trabajo y la vida. Asegúrate de que duermes lo suficiente y haces ejercicio con regularidad. Esto ayudará a prevenir la aparición del agotamiento.
El exceso de compromiso también puede hacer que muerdas más de lo que puedes masticar. En ese caso, recuerda que está bien dar un paso atrás, reevaluar tus objetivos y reducir el alcance de tu proyecto.
Dividir el proyecto en hitos
Los problemas mencionados de impaciencia y exceso de compromiso apuntan a la mayor dificultad de los proyectos a largo plazo: son tan grandes y exigentes que pueden empezar a parecer insuperables. Es fácil sentir que no se está avanzando, lo que puede convencerte de abandonar.
Por eso es tan importante que todo proyecto a largo plazo se divida en hitos. Puedes pensar en estos hitos como subproyectos, o capítulos, o versiones incrementales. No importa cómo los llames, pero deben existir.
Pero para que un hito sea eficaz, debe tener las siguientes cinco cualidades:
- Específicos
- Medibles
- Alcanzables
- Relevantes
- Oportunos
Los hitos tienen dos propósitos importantes. En primer lugar, nos permiten trabajar hacia objetivos a más corto plazo, lo que puede ayudar a evitar la sensación de estancamiento. En segundo lugar, proporcionan pruebas del progreso. No hay nada más satisfactorio que mirar atrás y ver lo lejos que has llegado.
En la práctica, estos hitos pueden organizarse como quieras. Puedes utilizar herramientas de gestión de proyectos, independientemente de la herramienta que utilices. Al fin y al cabo, la clave es planificar los hitos del proyecto con antelación para poder crear una lista de tareas ampliada. Divide el proyecto en hitos, luego divide esos hitos en tareas individuales, y divide esas tareas en pasos individuales. De este modo, es más fácil ir paso a paso.
Divide, divide y divide
Recuerda que los consejos generales de gestión de proyectos siguen siendo válidos, como asegurarse de que cada paso tiene un plazo razonable pero oportuno. Y si eres el tipo de persona que sucumbe fácilmente a las emociones negativas, intenta llevar un diario digital durante todo el proyecto. Te sorprenderá lo beneficioso que puede resultar.
Permítete un espacio para las pausas
Una cosa que mucha gente tiende a olvidar es que los proyectos a largo plazo son maratones. No importa cuánto hayas entrenado: nadie puede esprintar la distancia de un maratón entero. Hay que ir a un ritmo acorde con la propia resistencia.
Es posible que no cumplas los plazos. Puede que incluso quieras dejarlo todo. No estás solo. La clave es recordar que los errores y las interrupciones no significan que hayas fracasado. La única vez que has fracasado es cuando has decidido abandonar.
Así que adelante, tómate un descanso. Recárgate. Incluso puedes alejarte durante una o dos semanas y rascarte la picazón de tus otras aficiones. De vez en cuando, haz lo que sea necesario para recuperar la energía y sacar esas distracciones de tu sistema, pero asegúrate de volver al proyecto cuando el periodo de descanso haya terminado.
Y ya que hablamos de recargar energías, no subestimes el poder del compañerismo y la comunidad. Encuentra personas con ideas afines y establece relaciones. ¿No estás seguro de dónde ir? Prueba a empezar por los foros en línea, los equipos abiertos de Slack, los grupos de Skype o incluso los encuentros y reuniones en la vida real.
Otra forma estupenda de recargar las pilas es ver charlas TED y vídeos motivacionales en YouTube de personas de éxito que han pasado por las mismas dificultades que tú estás afrontando ahora. Tanto si eres escritor, como programador o fotógrafo, hay algo con lo que puedes identificarte.
¿Cómo se puede mantener el ritmo a largo plazo?
En última instancia, perseguir la motivación es la receta más real para el desastre. La motivación es inconstante (repítelo cada mañana y cada noche), así que si siempre estás esperando la motivación, nunca conseguirás hacer nada. Como dijo Jim Rohn:
La motivación es lo que te hace empezar. La disciplina es lo que te mantiene en marcha.
Si realmente quieres tener éxito a largo plazo, tendrás que ver la motivación como algo más que una chispa. La yesca se consume rápidamente, pero los troncos pueden mantener el fuego indefinidamente. Sólo recuerda que la yesca es fácil de recoger, mientras que los troncos requieren un verdadero esfuerzo.
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