Desarrollarse profesionalmente es una actividad esencial que cualquier persona debe tener en cuenta. No importa el grado de implicación, el nivel formativo o el tipo de trabajo que desempeña, cualquier profesional necesita una formación constante si las empresas pretenden seguir el ritmo de las nuevas tecnologías en un mundo tan cambiante que las expectativas de los clientes están en constante ebullición.
Actualmente, estamos llevando a cabo un proyecto que se basa en la adaptación de un curso. Estamos reutilizando el contenido de un curso anterior en el que todo está correcto, incluso el diseño gráfico del curso es atractivo, pero el diseño instruccional no debió llevarse a cabo o fue de una forma muy simple. Puesto que el curso se centra en esta estructura:
- Introducir el contenido
- Explicar el tema a tratar
- Resumir el contenido tratado
Esta estructura es muy básica, pero efectiva. Sirve en algunos casos, pero cuando estamos llevando a cabo una formación muy introductoria o básica, este recurso es excesivamente repetitivo y no cumple su función principal.
Por su parte, las personas también necesitan mantener su interés en el aprendizaje continuo. Debemos tener en cuenta que una persona está de media 4 años en la misma empresa. Aunque según el sector esta cifra es mucho menor.
Así, es más que evidente la importancia de desarrollar habilidades para poder seguir siendo una persona viable para mantener el talento.
1. Invertir en calidad
En ocasiones, nos centramos en tratar cada curso como una herramienta práctica, pero no se trata únicamente de un espacio práctico, lo más importante es el contenido. Al fin y al cabo, el concepto es aprender.
Debemos centrarnos en ofrecer una calidad mínima y adecuar los recursos para que sea un curso e-learning más atractivo e interesante.
En este punto, es importante definir los objetivos de la formación de forma muy clara: ¿qué pueden aprender?
2. Investigar al alumnado
Una vez que tenemos los objetivos del curso definido, debemos definir al alumnado tipo. De esta forma, adaptamos el diseño instruccional a sus necesidades de aprendizaje y así evitamos que sea una formación que no coincida con las expectativas del curso.
Una de las mejores maneras de establecer KPIs claros para un curso e-learning es estudiar a quienes van a recibir el curso. Esto puede parecer obvio, pero es fácil perderlo de vista durante el proceso de desarrollo.
Al tener en cuenta el material a cubrir, las opciones de entrega y otras cuestiones específicas del curso, es fundamental que recordemos quién va a utilizar el programa.
3. Ser muy breve
Lo bueno si breve, dos veces bueno. Así que tratemos de incluir esa información que es relevante y explicarla de forma resumida para que el aprendizaje sea más cómodo y efectivo.
Sobre todo, es importante tener en cuenta que las personas que reciben la formación son profesionales que deben planificar su jornada laboral y tienen que compatibilizar su trabajo con esta formación online. Hagamos cursos atractivos, pero que también sean interesantes y concretos.
De esta forma, debemos no compensar esta estructura con una cantidad innecesaria de información. Nosotros nos hemos planteado algunas preguntas según avanzábamos en la producción:
- ¿Esta parte que estamos viendo es necesaria?
- ¿Podría entenderse el resto del curso si este contenido no está?
- ¿Qué secciones son importantes pero no necesitan ser tan largas como lo son en este momento?
Estás repuestas y la experiencia en la producción de cursos e-learning nos permite generar un curso más atractivo e interesante. Por ejemplo, si el contenido es muy extenso, podemos dividirlo todo lo posible y así hacerlo más digerible.
Incluso, este contenido puede ser consumido por fases y no es necesario que sean fases que se hagan de forma seguida. Es decir, un curso on boarding, por ejemplo, puede realizarse en varios días o incluso semanas.
Una vez más, el diseño instruccional es una pieza clave en la producción de contenidos formativos.
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