Decir que no no siempre es fácil, pero a menudo sí que es necesario. Esto es importante tenerlo en cuenta tanto en nuestras relaciones personales como en nuestro trabajo.
Cuando alguien te pide que te encargues de un proyecto para el que no tienes capacidad, es una habilidad muy valiosa el saber responder sin que sientan el rechazo. Del mismo modo, cuando recibes una invitación que no te apetece, saber decir que no con educación evita que las cosas se vuelvan incómodas.
Vamos a repasar cinco estrategias, así como ejemplos de cómo decir que no de forma amable.
Acompáñalo con amabilidad o un cumplido
Seguro que has escuchado a una abuela alguna vez. La idea es dar al destinatario unas palabras para que se sienta bien a pesar del rechazo, así:
“Parece una gran oportunidad, pero actualmente que centrarme en otros proyectos. Gracias por tenerme en cuenta.”
Explica tus razones
Además de los cumplidos, otra cosa que la persona a la que le dices que no puede apreciar es conocer el motivo. A veces la sinceridad es nuestra mejor oportunidad sobre las limitaciones.
“No puedo estar de la reunión de esta tarde; estamos incorporando a personas nuevas en el equipo y tengo un plazo que cumplir”
En otros casos, es posible que prefieras revelar lo menos posible, en cuyo caso sigue leyendo.
Sé breve, pero evita la brusquedad
No siempre es necesario dar explicaciones cuando se le dice a alguien que no. Aun así, a menudo es más considerado utilizar un no directo que una falta de respuesta, porque dejar a la gente con la duda tiende a dar una imagen de desinterés o desconsideración.
Y aunque en general es aconsejable que este tipo de mensaje sea breve, es posible ser demasiado breve:
Lamentablemente, me temo que no puedo ayudar con eso.
Fíjate que utilizamos la palabra “lamentablemente”. Demuestra que reconoces que la respuesta probablemente no emocionará al destinatario, y no te produce ninguna alegría decirlo.
Dejar la puerta abierta
A veces, la clave es un pequeño detalle, no es necesario decir tanto “no” como “ahora no”.
Tu argumento sobre la necesidad de reevaluar y agilizar nuestro proceso es muy acertado. ¿Por qué no nos ponemos de acuerdo una vez que haya terminado la actual ronda de contrataciones?
Por muy útil que sea este enfoque, utilízalo con moderación. Aplazar a alguien indefinidamente puede parecer mucho menos cortés que decirle que no desde el principio.
Ofrecer una alternativa
Aunque tu respuesta sea no, en aras de la cortesía, a veces querrás ayudar al destinatario de alguna otra manera, sugiriéndole otra hora o una opción diferente, quizás.
Esta vez no puedo cubrir tu turno del fin de semana, pero puedo cubrirte el lunes si necesitas un día para recuperarte después.
Decirle a la gente que no es una parte esencial de la vida nos permite mantener nuestro espacio personal y así, mejoramos nuestro desarrollo personal y nuestro liderazgo. ¿Crees que no está relacionado? Pues lo cierto es que si valoramos nuestro tiempo, nos estamos valorando de forma personal y, por tanto, nos respetamos y queremos más.
Aunque no siempre es necesario ofrecer al destinatario un plan B o una explicación, a menudo merece la pena tomarse el tiempo de expresarse amablemente.
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